La paradoja de Fermi

¿Estamos Solos? parte I

El famoso físico italiano Enrico Fermi formuló una pregunta durante una discusión casual en 1950 sobre la posibilidad de vida extraterrestre en el universo. Fermi razonó que, dada la edad y el enorme tamaño del universo, (200.000 millones de galaxias observables) debería haber una cantidad significativa de civilizaciones extraterrestres avanzadas que hayan evolucionado antes que la nuestra. Si esto es cierto, entonces ¿por qué no hemos detectado ninguna señal clara de su existencia? Esto dio origen a la llamada Paradoja de Fermi.

Hay avistamientos de objetos extraños en el aire, hay testimonios de personas que dicen que han sido abducidas, hay artefactos que es difícil demostrar su origen. Pero las afirmaciones extraordinarias exigen pruebas extraordinarias, y ninguno de todos estos casos es una demostración definitiva fuera de toda duda y que no excluya explicaciones alternativas.

El astrónomo y astrofísico estadounidense Frank Drake en 1961 propuso una fórmula matemática denominada Ecuación de Drake, que se utilizara para estimar la cantidad de civilizaciones tecnológicas avanzadas que podrían existir en nuestra galaxia:
Donde N: número de civilizaciones tecnológicas en nuestra galaxia que podrían ser detectables para nosotros.
R: tasa de formación estelar en la Vía Láctea.
fp: fracción de estrellas que tienen planetas.
ne: número de planetas por estrella que están en la zona habitable.
fl: fracción de planetas habitables donde la vida surge.
fi: fracción de planetas habitables donde la vida inteligente surge.
fc: fracción de civilizaciones que desarrollan tecnología capaz de emitir señales detectables al espacio.
L: tiempo de vida promedio de una civilización tecnológica avanzada.
La estimación original de Drake fue de 10 civilizaciones detectables en nuestra Galaxia, pero los valores dados a cada parámetro han producido muchos desacuerdos. Michael Shermer calculó el valor final en N= 0’0000000676763, lo que equivale a 1 civilización tecnológica cada 15 millones de Galaxias.


Esfera de Dyson

El instituto SETI (acrónimo del inglés search for extra terrestrial intelligence, búsqueda de inteligencia extraterrestre) lleva desde comienzos de la década de 1970 rastreando señales electromagnéticas en el firmamento, sin ningún resultado concluyente, a pesar del tiempo y el esfuerzo dedicados. Ya en la década de 1960, Freeman Dyson propuso que algunas civilizaciones podrían haber llegado a un punto de aprovechar lo máximo posible la energía de su estrella, por medio de una esfera de Dyson, una megaestructura de forma esférica alrededor de su estrella. Por muy bien que se aprovechara esta energía, se generarían fugas de calor, produciendo un desplazamiento hacia el infrarrojo de las señales lumínicas de algunas estrellas y de algunas galaxias. No se ha visto este fenómeno ni en estrellas particulares, ni en la radiación de ninguna galaxia.

Hay varias explicaciones posibles para la Paradoja de Fermi. Una de las explicaciones más populares es que la vida extraterrestre inteligente poseedora de tecnología avanzada es muy, muy infrecuente, o incluso inexistente. Si tomamos como referencia la tierra, la aparición de organismos pluricelulares complejos en el período Cámbrico fue hace unos 540 millones de años, después que la tierra ya tuviera condiciones para la vida durante casi 4.000 millones de años. Esto puede hacernos pensar que, en la mayoría de las ocasiones, cuando aparece la vida, no pasa de organismos sencillos unicelulares. La tecnología avanzada lleva apenas unas decenas de años en la Tierra, lo que hace pensar que las probabilidades de que aparezca una civilización tecnológica en un planeta con vida pueden ser ínfimas.

En la siguiente publicación citaremos el resto de las teorías más populares que tratan de explicar la ausencia total de evidencia de la existencia de civilizaciones extraterrestres.