La gran mayoría de la población posee con su teléfono móvil un ordenador de gran potencia que no está bien aprovechado el 99% del tiempo. Simultáneamente, las necesidades de computación crecen y aumenta la construcción de costosísimos y enormes supercomputadores. Es una gran paradoja: Cada vez se necesitan más superordenadores, y cada vez hay más móviles infrautilizados. Parece que nadie ve que ambos hechos combinados forman un problema y su solución.
Los grandes Superordenadores son simplemente miles de procesadores comunes conectados en paralelo. Un superordenador cuesta miles de millones construirlo, gasta la energía de una ciudad entera para funcionar y poder ser refrigerado, y queda obsoleto a los pocos años. Se usan cada vez más para predecir el tiempo, en experimentos avanzados y simulaciones de física, en diseño aeroespacial, en medicina nuclear, etc. Desde hace tiempo hay sistemas que aprovechan la capacidad de computación sumada de ordenadores personales remotos cuando están inactivos, como el salva pantallas voluntario de SETI@home. Las infraestructuras de computación distribuida son unas tecnologías bien probadas que son capaces de alcanzar una capacidad de trabajo enorme usando suficientes ordenadores. No hay nada que no permita traducir este uso de los ordenadores personales a los teléfonos móviles.
No habría que cambiar mucho las plataformas de computación compartida ya en uso para adaptarlo. La Infraestructura Abierta de Berkeley para la Computación en Red (BOINC), es en esencia un software que se descarga para utilizar los ciclos que no se ocupan de la CPU o GPU de un computador para hacer cálculos y enviar los resultados. Es capaz de contabilizar los créditos de tiempo del ordenador origen de los datos y es compatible con diversos sistemas operativos. Es la plataforma que usa SETI@home o MilkyWay@home, entre otros proyectos.
Si se desarrollara una aplicación que pagara al dueño del móvil por el uso de la capacidad de su dispositivo cuando no está siendo usado a pleno rendimiento, podría ser un enfoque absolutamente ganador. Primero, aliviaría la economía de incontables personas que recibirían unos ingresos fijos con los que no contaban, incluyendo desempleados, ciudadanos del tercer mundo o marginados. La micro economía se catalizaría, habría dinero inyectado que permitiría un crecimiento personal y social. Incluso podría auto financiar la compra del móvil. Segundo, disminuiría el consumo de recursos materiales, energéticos, medioambientales, de espacio y económicos que supone la construcción, mantenimiento, refrigeración y posterior desmantelación que necesitan los grandes superordenadores.
Lanzo este guante al gobernante o desarrollador de aplicaciones que quiera hacer algo verdaderamente útil para la sociedad y/o para su propio bolsillo. La única salvedad para la aplicación es que el intercambio de datos entre los componentes de la red no debería ser tan frecuente, para ahorrar datos móviles, hasta que se implemente la tecnología 5G. Se trata de elaborar más los datos antes de enviarlos.