Inteligencia Artificial General

La Inteligencia Artificial y la Singularidad parte II

En la anterior publicación intentamos explicar a qué llamamos Inteligencia Artificial (AI), en qué consisten las redes neuronales artificiales, el aprendizaje profundo y el concepto de Inteligencia Artificial General. También los intentos actuales para intentar conseguir una Inteligencia Artificial General y las dificultades para alcanzarla. En esta publicación propondré un método para poder conseguirlo en menor plazo.

Quizá la solución a este punto muerto para intentar conseguir una verdadera Inteligencia Artificial General (AGI) sería implicar a las propias máquinas en la tarea de mejorar su propio funcionamiento y su diseño. La selección natural ha ido refinando sin descanso a los seres biológicos y se ha demostrado con la herramienta más eficaz para perfeccionar a los seres vivos. ¿Por qué no emplear una estrategia semejante con las máquinas? En un principio podría diseñarse una AI de rango un poco más amplio para que aprendiera cuatro tareas.
(1) Que aprendiera a programar algoritmos que imitaran a redes neuronales capaces de aprendizaje profundo.
(2) Que aprendiera a utilizar esas redes neuronales artificiales para enfrentarse a un número no limitado de tareas ya conocidas o posibles.
(3) Que fuera capaz de aprender a diseñar una máquina diferente a la suya propia para replicar y hacer exactamente sus mismas tareas: programar aprendizaje profundo multitarea.
(4) Que aprendiera a simular esas máquinas diferentes a la suya propia y ser capaz de detectar si una de sus creaciones le superaba en eficiencia o en número de capacidades.

De las cuatro tareas, la más difícil es la segunda, saber encontrar e incorporar nuevas habilidades. Estas habilidades deberían incluir toda la robótica, la biónica, la planificación de tareas complejas, la comunicación en lenguaje natural, la percepción sensorial, el uso del llamado “sentido común”, el razonamiento sin tener certezas, etc. Lo difícil es conseguir que aprenda a incorporar habilidades que no se nos hubieran ocurrido. También es imprescindible la cuarta, poder detectar cuando una nueva inteligencia artificial es más potente que la que la originó. Los investigadores, cuando desarrollan una red neuronal artificial y le asignan la tarea de aprender, solo conocen el algoritmo en sí, pero no saben exactamente como se modula a sí misma la red neuronal artificial. No conocen los detalles de cómo interactúan las neuronas artificiales, solo el esquema general de funcionamiento y el resultado final. Es difícil para la mente humana entrar en la infinidad de circuitos con diferente peso dentro del sistema. Pero para una máquina, no sería tan obscuro. Un sistema informático podría detectar estas sutilezas y mediante simulación, determinar que una arquitectura neuronal artificial es más operativa y flexible que otra.

Maquina auto replicante

 

Con este esquema, se podría lograr generaciones sucesivas de máquinas diseñadas por otras máquinas, cada una de ellas con más eficiencia y más número de habilidades capaces de realizar. Al principio, los diseños informáticos marcados como superiores a su anterior generación deberían ser construidos por los ingenieros. Pero las habilidad de construir mediante la robótica la máquina completa desde sus partes simples, podría ser una de las nuevas habilidades que irían incorporando. En un momento del proceso, el sistema operaría autónomamente, viéndose solo las nuevas máquinas que se irían produciendo y podríamos supervisarlas e interactuar con ellas como un control de calidad.

¿Cuando se podría considerar a una de estas máquinas como poseedoras de Inteligencia Artificial General? El problema es que ni siquiera hay pruebas consensuadas para confirmar la AGI. Ben Goertzel propone que conseguir objetivos complejos en entornos complejos sería una prueba plausible, como matricularse en un grado universitario y graduarse. Tampoco sabemos si realmente estas AGI llegarían a ser verdaderamente conscientes. David Chalmers expuso el Problema difícil de la consciencia . Los seres humanos tienen experiencias sensoriales subjetivas que parecen trascender los límites del hecho físico en sí, como la experiencia mental del sabor o del color, que no sabemos si una AGI lo tendría. No sabemos si todo sería en ellas como una sucesión de actos muy sofisticados, sin percepción verdadera, y por tanto sin consciencia. Sería muy difícil discernir la aparición de consciencia en una AGI, ni siquiera preguntándoselo directamente.

En la siguiente publicación Hablaremos del concepto de la Singularidad Tecnológica, si puede llegar un momento en que el avance técnico se acelere tanto que se haga irreversible e incontrolable.